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¡Pero, claro! ¡Cómo no se nos ocurrió antes! Si hubiéramos sabido que para luchar contra un delito lo mejor es prohibir anuncios en los diarios sobre ofertas que no son de ese delito, y por decreto, es decir, sin pasar por los legisladores sino emanar del rey presidente...
En resumen, lo que paso es que decretaron prohibir los anuncios sexuales (de todo tipo, desde el más heterosexual al más trans-qué-horror-mamá) para "luchar contra la trata de personas". Si usted puede ver el vínculo entre una cosa y otra, ganó el millón.
Propongamos nuevas medidas: prohibición de los anuncios de máquinas de coser para que se acabe el trabajo esclavo de la Nike; prohibición de los anuncios de chequeras para que se acabe la corrupción en el Estado; prohibición de venta de pitos para que los árbitros no hagan descender a los muertos de River Plate; prohibición de la leche descremada para que crezcan sin calcio los futuros Ricardo Arjona y se mueran jóvenes.
¡Haga su propuesta en los comentarios!

PD: ¿es de sorprenderse? ¿no es la misma lógica con la que se quería implementar el canon digital? Antes se cobraba dinero al que usaba discos virgen (!) para evitar la piratería, y ahora hay que ir a la calle a buscar putas para evitar la trata. ¿Es una competencia contra el cura de mierda Bergoglio, contra el rabino de mierda Bergman o contra qué otro moralista? ¿Están buscando votos de quienes hacen voto de castidad o qué moralina hay atrás? Otra medida cuya significación progresista sólo es accesible a través de la fe ciega en un medium (digamos, un canal de televisión) y con significación conservadora y retrógrada a la vista de todos.