Resulta que un día todos los kioskeros, incluso los que vendían drogas en las ventanitas que muchos conocerán, se unieron al reclamo de los hipermercados para que a estos grandes les rebajaran los impuestos que los dejaban en la insostenible situación de ganar más dinero que en los últimos cincuenta años.
Ah, no, algo así pasa solamente con los campestres.
viernes, 2 de julio de 2010
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