Recuerdo un texto de Pessoa en el que planteaba que hoy en día tenemos tanta presión para ser inmorales que en cualquier momento nos volveríamos morales por falta de espíritu de sacrificio. Yo no le creo. Sacándole la moralina al planteo, los boludos aceptan con gusto irse por la tangente de la imbecilidad que propone el individualismo tarado que baja de los centros de poder.
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