Este es un ejercicio simple para ver las lágrimas de Aristóteles.
Primero, coloque un recipiente debajo de un tomo -en griego si es posible- de la Metafísica. Luego, proponga a una multitud dos manuales: uno de la prudencia y uno del exceso. Posteriormente compare las ventas y encontrará la escasez de aquello que antiguamente el barbudo consideraba una virtud.
Como última medida, recoja el recipiente con las lágrimas manadas de las páginas de aquel libro empleado en un principio, las arroja al piso, y se entrega de lleno a degustar la cantidad de vino que usted desee, previa carcajada helénica.
martes, 7 de abril de 2009
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