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Parece haber una cierta competencia intestina entre los intelectuales preocupados por la cuestión del absurdo. Como un "a ver quién de nosotros va más lejos". Ionesco incursiona en la dramaturgia después de, según el prólogo de uno de mis libritos, escribir un texto titulado Contra el teatro. Camus muere en un accidente de tránsito tras mofarse de que esa sería una muerte realmente absurda. Sartre dice que el Che Guevara era el hombre más completo de su época. No sé cuál de esas es la hazaña más meritoria; que lo son, lo son.