...un regalito
La primera mística tapó sus oídos, canceló su percepción de todos los comentarios del mundo. ¿Con Dios? Puede ser. Qué aburrida. Dios no juega, tiene un asqueroso miedo de perder. Las personas sí, parecieran tener demasiadas ganas de ganar. Está bien, elegí bien dónde esconderte; a mí me gusta contar.
lunes, 24 de agosto de 2009
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