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Si yo tuviera un sitio que leyeran miles de personas escribiría algo como esto:

La comida para gatos es tan deliciosa. Nadie se alarme, investigué durante unas semanas para saber si no lastimaría mi cuerpo probarla y resulta que no, que es totalmente apta para consumo humano. En sus comienzos sí era nociva, pero como pronto los dueños de mascotas que las amaban quisieron saber qué era lo que estaban dando de comer a sus animalitos, se lanzaron en masa a degustar y concluyeron unánimemente que se trataba de un manjar. El problema fue que cayeron en igual número a los hospitales presa de fuertes intoxicaciones. El ingrediente secreto era un acelerador del proceso de deshidratado que claramente era tóxico para las personas. Rápidamente, y fruto de numerosas denuncias, los fabricantes encontraron una manera de conseguir el mismo resultado para su producto sin las conscuencias laterales para el hombre. Al día de la fecha he contactado cientos de comedores de alimento para gatos. Somos un grupo feliz y compartimos experiencias, sabores y platos nuevos cada día. ¡Únanse a nosotros!

Y por dentro me mearía de risa imaginando a taaaaantos lectores copiando el fabulado ejemplo. Pero como no tengo ese sitio, escribo sobre lo que escribiría y me río igual, totalmente convencido de lo que pasaría.