El problema no es que falten nietzscheanos en el mundo. El problema es que la mayoría los nietzscheanos no se pone en campaña de dejar de ser cristianos. Sostener una moral que da por hechas algunas verdades tristemente heredadas y métodos de castigo a quienes presentan variaciones, habiendo leído a Nietzsche, es doble pecado.
domingo, 10 de febrero de 2013
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