Una de mis clientas predilectas, Luli, circa 70 años old, ayer me agradece enfáticamente por teléfono por mi buena onda (?) y me dice que le va a dejar un regalito para mí al cadete que le entregue su compra, que se trata una medallita que a ella le trajo mucha suerte. Hoy me llega y claramente es un accesorio bello. Además viene junto a una cruz con un grabado también hermoso. El presente incluye una estampita del infame Bergoglio sosteniendo una inocente paloma sobre su culpable zarpa. El ave, tal como yo haría, muestra notorias intenciones de irse al carajo de tan intragable presencia.
Como ingrato plus para este grato momento, hoy en día ocurrió en el trabajo el más grande quilombo de los últimos seis meses. Intuyo, si mis dotes supersticiosas no fallan, que la responsabilidad recae sobre este indigno ser vernáculo trasplantado a Roma. Oramos por una pronta mejora a la calamitosa situación y que la próxima vez que recibamos un don el mismo no se vea opacado por tan viles demagogos idiotizantes. Asimismo, que la querida Luli pueda salir del influjo nefasto, y a la desafortunada colomba... que puedas velozmente superar (en sentido marxista, no hegeliano) la trágica y dolorosa vivencia de ser retenida contra tu voluntad por este bellaco.
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