Año nuevo, pero todos los descerebrados que te rodean siguen sin haber cambiado en nada. Así que no hay mucho para festejar. La sociedad no era tan buen refugio después de todo. Más vale un león cagado de hambre al que poder meterle un flechazo antes que un ministro o un vecino del departamento de al lado.
viernes, 1 de enero de 2016
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