Si el prójimo fuera más querible y más digno de ser salvado, el juego de "en un naufragio a quién le tirás el salvavidas" no tendría sentido ya que dejaría de presentar dificultades. Cabe pensar que la tentación de usar el salvavidas de almohada y disfrutar el hundimiento masivo es muy grande.
miércoles, 27 de enero de 2016
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