En los abrumadoramente vertiginosos tiempos que vive este glorioso país -gloria limitada esencialmente por la palabra país-, los ámbitos cuyo campo de estudio gozan de la condición de "capos en abarcar saber" se ven profundamente trastocados, redefinidos.
Hoy en día, tanto la actividad agropecuaria como el periodismo lacayo -escuela de periodismo hegemónica actualmente- son los ganadores indiscutibles en este rubro. Su campo de estudio es el mismísimo Campo, lugar dador de sentido y trabajo e, incluso, dinero sin sentido y sin trabajar. Vastas extensiones de mundo y de trascendencia en tractor.
A la mierda todo. El que no se haga campestre o vocero mogólico del campestrismo, que se joda.
miércoles, 4 de marzo de 2009
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