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Vemos en http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-121995-2009-03-24.html a la gran Argibay, secuestrada por la mística universal, inalcanzable para el común de los pedestres, propugnando que si la medicina y el trabajo social fueran bien aplicados, la inmortalidad sería una realidad tangible como el martillo del estrado:

“Primero tenemos que empezar a ver la cantidad de muertes evitables por falta de atención médica, de programas de salud, por falta de atención a la niñez”, enumeró.

¡Por favor! ¡Escuchen a esta jueza de la voz cósmica!
Y siguió, haciendo un aporte psicológico en la caracterización de una estúpida con cantidades de rating proporcionales a las de botox y liftings:

La diva Giménez se retractó de su frase a los pocos días porque estaba “re caliente” cuando la dijo, aunque insistió en pedir más mano dura. Argibay cuestionó el exabrupto: “A veces, actuamos por impulso y por histeria, y nosotros (la Justicia) no podemos darle voz a la histeria”.

Tomá, puta.